Artroscopia

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Artroscopia y reconstrucción articular

miércoles, 5 de marzo de 2014

El aumento de peso corporal afecta a las capacidades funcionales

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El aumento de peso corporal afecta a las capacidades funcionales.

Posted by GEFI Entrenamiento
Por Prof. Mauricio Varela.
En esta publicación compartimos, en un principio, los principales hallazgos que se obtuvieron en una reciente investigación, la que tuvo como objetivo principal determinar como el aumento de peso corporal afecta diversas capacidades funcionales como por ejemplo la marcha; un componente importante de la participación activa en la vida social y en el mantenimiento de una buena calidad de vida. Secundariamente, a partir de una ampliación bibliográfica, destacaremos otras implicancias negativas de la obesidad sobre el aparato locomotor.
Introducción:
La obesidad es una condición médica en la que el exceso de grasa corporal tiene efectos adversos para el organismo.
Para controlar el peso y mantener una buena salud en general, no sólo se debe prestar atención a la comida y la bebida consumida, sino también a la cantidad de energía utilizada por el ejercicio físico.
La mayoría de los regímenes de ejercicio que se promueven actualmente, incluso por la OMS, hacen hincapié en la importancia de caminar. La capacidad de caminar con seguridad es un componente importante de la participación activa en la vida social y en el mantenimiento de una buena calidad de vida.
Sin embargo, diversos estudios han identificado varias consecuencias negativas de la obesidad sobre la marcha (Ko S et al. 2010; Lai PP et al 2008); además de un costo metabólico significativamente mayor de caminar en comparación con las personas con peso corporal normal (Delextrat A et al. 2011; Peyrot N et al. 2009). A su vez, la obesidad se relaciona con déficits posturales (Gilleard W et al. 2007; Greve J et al 2007) y un mayor riesgo de caídas (Corbeil P et al 2001). En este sentido, las investigaciones mostraron que el aumento de peso corporal produce inestabilidad antero-posterior en ambos sexos, y la desestabilización medio-lateral en los hombres (Greve J et al 2007).
Con el fin de profundizar la comprensión de cómo el aumento de peso corporal afecta a las capacidades funcionales, un estudio (Pataky y Col. 2014) investigó la relación entre el aumento de peso y cuatro actividades diferentes requeridas en la vida diaria, estas fueron: (1) cómoda y rápida velocidad de la marcha, (2) control de equilibrio en una superficie inestable, (3) la fuerza de las extremidades inferiores, y (4) la “resistencia”.
Veamos en que consistió el estudio:
¿Qué hicieron los investigadores?
Seleccionaron 36 mujeres con sobrepeso y obesidad y 10 con un peso normal (determinado con IMC)
¿Qué hicieron los participantes?
Los sujetos fueron sometidos a cuatro (4) pruebas de capacidades físicas:
1º) Prueba de caminata, donde se evalúo la velocidad, cadencia, longitud de zancada.
2º) Prueba de control postural, en una superficie estable y en superficie inestable.
3º) Prueba de fuerza de las piernas, consistente en levantarse y sentarse cinco veces de un banco.
4º) Prueba de la aptitud aeróbica, mediante test de la marcha de 6 minutos.
¿Que resultados obtuvieron los investigadores?
Los principales resultados de este estudio muestran que las mujeres obesas tienen una velocidad de marcha más lenta, longitudes de paso más corto y una menor cadencia; además poseen menos fuerza en los miembros inferiores y una resistencia más pobre que los sujetos de peso normal. En lo que respecta al equilibrio, no hubo diferencias entre las mujeres de peso normal y las mujeres obesas.
A continuación detallamos los resultados más relevantes de las diferentes pruebas:
 1º Prueba:  A medida que aumentaba el peso corporal, las personas disminuyeron su velocidad de la marcha, la cadencia y la longitud de la zancada (Tabla 1).
Una posible explicacion de todo esto podría ser, tal vez, que la masa de grasa en el abdomen y en la región de la cadera limita el grado potencial de la flexión de la cadera, que, de forma consecutiva, podría conducir a una disminución de la velocidad del andar.
IMC
Tabla 1: Caminar normal
Velocidad (m/s)
Cadencia (pasos/min.)
longitud de zancada (m)
<25 (peso normal)
≥ 30 <35 (sobrepeso)
≥ 35 <40 (obesidad premórbida)
≥ 40 (obesidad mórbida)
2º Prueba: No se detectaron diferencias en el control postural entre el grupo de peso normal del cuerpo y los diferentes grupos de sujetos obesos.
3º Prueba: Las personas obesas necesitan más tiempo para completar cinco repeticiones de bipedestación (Personas con un IMC normal: 8,28 ± 1,42 s, y personas con obesidad: 11,29 ± 3,14 s) (Figura 1).
Figura 1: la gráfica muestra como a mayor índice de obesidad se incrementa el tiempo necesario para levantarse desde una silla.
4º Prueba: La “resistencia” fue progresivamente menor en los grupos con mayor obesidad. Las personas con un IMC de menos de 25 kg / m 2 caminaban 613.4 ± 45.9 m en 6 min. Las personas en la categoría de obesos caminaron 532,3 ± 62,7 m, los sujetos clasificados como severamente obesos caminaron 487,3 ± 61,2 m, y los categorizados con obesidad mórbida sólo caminaron 462,8 ± 68,2 m (Figura 2).
Figura 2: la gráfica muestra como a mayor índice de obesidad disminuye la distancia recorrida.
Principal punto débil del Estudio:
El tamaño relativamente pequeño de la muestra dentro de las diferentes categorías de obesidad podría ser criticado. Además, se debería identificar aún más las diferencias en los entornos de la vida real de los sujetos; debido a esto, se advierte a los lectores a no sacar conclusiones con demasiada facilidad o malinterpretar los resultados.
En conclusión:
Este estudio mostró que, en comparación con los sujetos de peso normal, las personas obesas presentan velocidades de la marcha inferior con longitudes de zancada mas cortas, pobre rendimiento de bipedestación y de la aptitud aeróbica.
Este estudio indica claramente el impacto negativo de la obesidad en las capacidades funcionales. Profesionales de la salud que trabajan con las personas obesas necesitan ser capaces de evaluar los problemas físicos relacionados con los pacientes obesos con el fin de ajustar los regímenes de ejercicio y afinar y promover los comportamientos de salud adecuados.

Otras implicancias de la obesidad sobre el aparato locomotor:
-     Investigaciones de Cimolin y col. (2011) determinaron que la obesidad se asocia a menudo con dolor lumbar y que este afecta la forma de andar.
-     Estudios de Willemien Visser et al. (2014), que incluyeron a 5315 participantes, afirman que la obesidad (principalmente la grasa visceral) es un factor de  riesgo para la osteoartritis (incluso de la mano). Además, es importante enfatizar que recientes estudios manifiestan que los sujetos con obesidad tienen una peor respuesta al tratamiento contra la artritis reumatoide (Rodrigues AM et al. 2014).
-     Travascio F y col. (2013) estipularon que la biosíntesis del cartílago disminuye en un 18% en sujetos obesos cuando se los compara con la población sin obesidad, por lo que puede existir una asociación entre la obesidad con la osteoartritis de cadera.
-     Finalmente, podemos agregar que los individuos con obesidad (incluso los niños) tienen mayor presión plantar, sobre todo sobre las cabezas de los metatarsianos, al estar de pie y al caminar lo que incrementa la sensación de dolor. Otros estudios encontraron una fuerte relación entre el sobrepeso y la artrosis de rodilla, aunque Messier et al. (2004) mostró que la pérdida de peso de alrededor de 5% resultante de una combinación de dieta y ejercicio físico mejora la función, la movilidad y reduce el dolor en adultos obesos con artrosis de rodilla (en Nantel et al. 2011).
A modo de reflexión:
Pare el tratamiento y manejo de la obesidad tradicionalmente se alienta a incrementar los niveles de actividad física y para ello se prescribe esencialmente la “caminata”.
Sin embargo, en esta instancia hemos comprobado que las investigaciones han confirmado que los sujetos con sobrepeso suelen mostrar un patrón de marcha más lenta y deficiente, además presentan, en general, menores niveles de fuerza y dolor generalizado en rodilla, tobillo, cadera, espalda y planta del pie (todo ello asociado a la artritis reumatoide), por lo tanto, no considerar estas variables, descontextualizar las practicas y sugerir sin ton ni son, con liviandad  a personas que están “mal equipadas” para llevar a cabo ciertas formas de actividad física, puede ser simplemente un desacierto. Además, de no poder lograr los objetivos terapéuticos, la construcción de la autoconfianza de los individuos que presenten obesidad será difícil de lograr si se plantean actividades de difícil realización y por consiguiente altamente frustrantes.
Así podemos preguntarnos ¿Serán actividades como la caminata continua la estrategia más eficiente para este grupo etáreo?…
Bibliografía secundaria:
  • Nantel J, Mathieu ME, Prince F.Physical activity and obesity: biomechanical and physiological key concepts.J Obes. 2011; 2011:650230.
  • Veronica Cimolin, Luca Vismara, Manuela Galli, Fabio Zaina, Stefano Negrini, Paolo CapodaglioEffects of obesity and chronic low back pain on gaitJ Neuroeng Rehabil. 2011; 8: 55.
  • Rodrigues AM, Reis JE, Santos C, Pereira MP, Loureiro C, Martins F, Fonseca JE, CanhãoH.A1.1 Obesity is a risk factor for worse treatment response in rheumatoid arthritis patients- results from reuma.pt.Ann Rheum Dis. 2014 Mar 1;73 Suppl 1:A1.
  • Travascio F, Eltoukhy M, Cami S, Asfour S.Altered mechano-chemical environment in hip articular cartilage: effect of obesity.Biomech Model Mechanobiol. 2013 Dec 19.
  • Visser AW, Ioan-Facsinay A, de Mutsert R, Widya RL, Loef M, de Roos A, le Cessie S, den Heijer M, Rosendaal FR, Kloppenburg M; NEO Study Group. Adiposity and hand osteoarthritis: the Netherlands Epidemiology of Obesity study. Arthritis Res Ther. 2014 Jan 22;16(1):R19.
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